jueves, 26 de febrero de 2015

LA EVOLUCIÓN DE LOS ERIZOS DE MAR ANULA EL PATRÓN CLÁSICO

ecoticias.com

Tradicionalmente, los estudios basados en fósiles han indicado que los grupos de organismos se diversifican más rápido en la etapa inicial de su historia evolutiva. Un nuevo trabajo sobre los equinoides, animales marinos como los erizos de mar, contradice esa teoría, demostrando que las tasas de evolución son en realidad más bajas al inicio y aumentan con el tiempo mediante estallidos episódicos asociados con cambios en las estrategias de alimentación.



Esta investigación sobre los equinoides, que se detalla en la edición de esta semana de 'Proceedings of the National Academy of Sciences', da a los científicos una razón para repensar un modelo clásico de la evolución. "Este estudio demuestra la naturaleza dinámica del cambio evolutivo dentro de los principales grupos de organismos", afirma la investigadora Melanie Hopkins, coautora del estudio y conservadora asistente en la División de Paleontología del Museo Americano de Historia Natural.
"Puede sonar obvio, pero hemos sido capaces de mostrar aquí cómo la escala juega un papel importante en cómo se interpretan las tasas de cambio evolutivo. El modelo que se ve de más de 100.000 años será, por lo general, un aspecto muy diferente de lo que se ve de más de 100 millones años. Y va a variar también dependiendo de la parte del árbol genealógico que se analice", añade.
Para examinar los cambios evolutivos en una escala larga de tiempo de un árbol genealógico muy completo, Hopkins y su colega Andrew Smith, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Londres, analizaron equinoidesque se originaron hace unos 265 millones de años. Unas 950 especies diferentes de equinoides viven en los océanos de hoy en día.
"Los equinoideos tienen un esqueleto complejo compuesto de placas de calcita que los hace ideales para el estudio de la evolución morfológica, y han evolucionado para ocupar una amplia gama de nichos ecológicos", explica Smith, quien junto a Hopkins aplicó métodos desarrollados recientemente para estimar las tasas de cambios morfológicos, o físicos, entre equinoides desde la extinción masiva del Pérmico-Triásico hace 251 millones años, el mayor evento de extinción en la historia de la Tierra, hasta el día de hoy.
Contrariamente a lo esperado, los científicos se encontraron con que las tasas de evolución fueron más bajas inmediatamente después del evento de extinción y aumentaron con el tiempo. "Muchos clados parecen tener altas tasas iniciales, seguidas por desaceleraciones en el espacio ecológico --apunta Hopkins--. Aquí, se ve un caso en el que las tasas de evolución de un grupo grande de animales muestran, en su lugar, un aumento con el tiempo".
Pero el aumento no ha sido fácil: fue interrumpido por ráfagas de diversificación a través del tiempo, que coinciden con los cambios en las estrategias de alimentación de los animales. Esta nueva investigación indica que las historias evolutivas detrás de muchos clados, no sólo los equinoideos, podrían ser más complejas de lo que ya ha sido demostrado.

EL AMAZONAS DEPENDE DEL ‘FOSFORO’ DEL SÁHARA PARA SER FÉRTIL

ecoticias.com

Miles de kilómetros de mar separan el desierto del Sahara y la selva amazónica. Y, sin embargo, están conectados. Cada año, millones de toneladas de polvo sahariano ricos en nutrientes cruzan el Océano Atlántico, con lo que el fósforo vital y otros fertilizantes llegan a los suelos amazónicos agotados.



Por primera vez, los científicos tienen una estimación precisa de la cantidad de fósforo que hace este viaje transatlántico. Un nuevo estudio, publicado en la Geophysical Research Letters, calcula unas 22.000 toneladas por año, más o menos igual a la cantidad que pierde el Amazonas por la lluvia y las inundaciones.
Este fósforo representa tan sólo el 0,08% de los 27,7 millones de toneladas de polvo del Sahara que alcanzan el Amazonas cada año. El hallazgo es parte de un gran esfuerzo de investigación para entender el papel de polvo en el ambiente y sus efectos sobre el clima local y global.
"Sabemos que el polvo es muy importante en muchos sentidos. Es un componente esencial del sistema de la Tierra. El polvo afecta al clima y, al mismo tiempo, el cambio climático afectará al polvo", dijo el autor principal Hongbin Yu, un científico investigador asociado en el Centro Interdisciplinario de la Tierra (ESSIC), centro mixto de la Universidad de Maryland y elCentro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
De particular interés es el polvo recogido de la depresión Bodélé en el Chad. Este antiguo lecho del lago contiene enormes depósitos de microorganismos muertos que están cargados con fósforo. Los suelos amazónicos son escasos en fósforo y otros nutrientes esenciales que son arrastrados por las lluvias frecuentes. Por lo tanto, todo el ecosistema del Amazonas depende de polvo del Sahara para reponer estas pérdidas.


Yu y sus colegas analizaron las estimaciones de transporte de polvo a base de los datos recogidos por el satélite de la NASA CALIPSO (Cloud-Aerosol Lidar and Infrared Pathfinder Satellite Observation) entre 2007 y 2013. El equipo se centró en el polvo del Sáhara transportado a través del Océano Atlántico hasta América del Sur y más allá, al Mar Caribe, el transporte de polvo más grande en el planeta.

El equipo estimó el contenido de fósforo en el polvo del Sahara mediante el estudio de las muestras de la Depresión Bodélé y de las estaciones de tierra en Barbados y en Miami. A continuación, utilizó esta estimación para calcular la cantidad de fósforo que se deposita en la cuenca amazónica. Aunque el registro de datos de siete años es demasiado corto para sacar conclusiones sobre las tendencias a largo plazo, es un paso importante hacia la comprensión de cómo el polvo y otras partículas transportadas por el viento, o aerosoles, se comportan cuando se mueven a través del océano.

SI LLUEVE EN EL SAHEL, HAY MENOS TRANSPORTE DE FÓSFORO

Año tras año, el patrón es muy variable. Hubo un cambio de 86 por ciento entre la más alta cantidad de polvo transportada en 2007 y la más baja en 2011. Yu y sus colegas creen que esta variación se debe a las condiciones en el Sahel, la larga franja de tierra semiárida en la frontera sur de la Sahara. Años de alta precipitación en el Sahel eran típicamente seguidos de transporte bajo en polvo al próximo año.
Aunque el mecanismo detrás de esta correlación es desconocido, Yu y su equipo tienen algunas ideas. El aumento de las precipitaciones podrían significar más vegetación y por lo tanto menos suelo expuesto a la erosión eólica en el Sahel. Una segunda explicación, más probable, es que la cantidad de lluvia se relaciona con los patrones de circulación de vientos que barren el polvo tanto del Sahel comodel Sáhara en la atmósfera superior, donde se hace el largo viaje a través del océano.
"Este es un mundo pequeño, y todos estamos conectados entre sí", dijo Yu.

domingo, 22 de febrero de 2015

EN LA EVOLUCIÓN DE LOS ANIMALES SÍ IMPORTA EL TAMAÑO

ecoticias.com

Científicos de Stanford han encontrado nuevo apoyo para la regla de Cope, una teoría que establece que los linajes de animales tienden a evolucionar hacia tamaños más grandes con el tiempo.



"Hemos sabido durante algún tiempo que los mayores organismos vivos hoy en día son más grandes que los mayores organismos que estaban vivos cuando se originó la vida o, incluso, cuando los animales evolucionaron por primera vez", afirma Jonathan Payne, un paleontólogo en la Escuela de Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente deStanford.
Sin embargo, no estaba claro si el tamaño medio de los animales ha ido cambiando con el tiempo y, en caso afirmativo, si eso refleja una tendencia, o direccionalidad, en la evolución del tamaño corporal. "No es algo que se puede saber sólo con estudiar los organismos vivos o la extrapolación de lo que se ve en escalas de tiempo cortas. Si lo haces, estarás absolutamente equivocado en la tasa y, posiblemente, también en la dirección", dice Payne.
El estudio, publicado en la edición de este viernes de la revista 'Science', revela que en los últimos 542 millones de años, la media de tamaño de los animales marinos ha aumentado 150 veces. "Ésa es la diferencia de tamaño entre un erizo de mar que tiene unos 5 centímetros de largo frente a uno que mide 30 centímetros -pone como ejemplo Heim--. Esto puede no parecer mucho, pero representa un gran salto."
La investigación también encontró que el aumento en el tamaño del cuerpo que se ha producido desde la aparición de los primeros animales en el registro fósil hace aproximadamente 550 millones de años, no se debe a que todos los linajes de animales estén en constante crecimiento, sino más bien a la diversificación de los grupos de organismos que ya eran más grandes que otros grupos tempranos en la historia de la evolución animal.
"Eso también es algo que no sabíamos antes --destaca Payne--. Por razones que no comprendemos por completo, las clases con un gran tamaño corporal parecen ser las que con el tiempo se han convertido en diferencialmente más diversas". La regla de Cope, llamada así por el paleontólogo estadounidense Edward Cope, fue formulada en el siglo XIX después de que los paleontólogos notaron que los tamaños del cuerpo de los mamíferos terrestres, como los caballos, aumentaron con el tiempo.
Los científicos han intentado probar este planteamiento en los demás grupos de animales, pero las conclusiones han sido mixtas. Por ejemplo, los corales y los dinosaurios parecen seguir la regla de Cope, pero los pájaros y los insectos no, por lo que algunos científicos se han preguntado si el patrón observado en los mamíferos terrestres es un fenómeno evolutivo real o simplemente una estadística resultante de la evolución al azar, no selectiva, también conocida como deriva neutral.

UNA DERIVA NEUTRAL

"Es posible que a medida que prosigue la evolución, realmente no hay preferencia por ser más grande o más pequeño", apunta Noel Heim, investigador postdoctoral en el laboratorio de Payne. "Lo que parece ser un aumento en el tamaño promedio del cuerpo puede deberse a la deriva neutral", plantea este investigador.
Para probar si la regla de Cope se aplica a los animales marinos en su conjunto, Payne y un equipo recopilaron un conjunto de datos de más de 17.000 grupos o géneros de animales marinos que abarcan cinco grandes filos --artrópodos, braquiópodos, cordados, equinodermos y moluscos-- y en los últimos 542 millones de años.
"Nuestro estudio es la prueba más completa de la regal de Cope jamás realizada. Casi el 75 por ciento de todos los géneros marinos en el registro fósil y casi el 60 por ciento de todos los géneros de animales que han existido están incluidos en nuestra base de datos", destaca Heim.

LOS MÁS GRANDES TIENEN A DIVERSIFICARSE MÁS

Para compilar este vasto conjunto de datos, el equipo se basó en gran medida en el Tratado de Paleontología sobre Invertebrados, un conjunto de 50 volúmenes que incluyen información detallada sobre cada género animal de invertebrados con un registro fósil conocido por la ciencia. Mediante el uso de fotografías e ilustraciones detalladas de fósiles en el Tratado, el equipo fue capaz de calcular y analizar el tamaño corporal y el volumen de 17.208 géneros marinos.
Así, se hizo evidente un patrón: no todas las clases de grupos de especies relacionadas y géneros de animales mostraron una tendencia hacia un tamaño más grande, pero los que eran más grandes tienden a ser más diversos en el tiempo. El equipo sospecha que esto se debe a las ventajas asociadas a un tamaño más grande, como la capacidad de moverse más rápido, excavar más profundamente y de manera eficiente en los sedimentos, o capturar presas más grandes.
Para investigar qué podría conducir estas tendencias hacia tamaños más grandes del cuerpo, el equipo metió sus datos de medición en un modelo de ordenador diseñado para simular la evolución del tamaño corporal. A partir de las especies más pequeñas de cada filo, el modelo simula cómo sus tamaños corporales podrían cambiar a medida que evolucionaban en nuevas especies.Cuando se creó una nueva especie virtual, el modelo asigna a la nueva criatura un tamaño de cuerpo que podría ser más grande o más pequeño que su antecesor.
Los científicos emplearon múltiples simulaciones, cada una con diferentes supuestos. Por ejemplo, un escenario supone un modelo de deriva neutral de la evolución, en el que el tamaño del cuerpo fluctúa aleatoriamente sin afectar a la supervivencia de la especie, mientras otra asumió la selección natural, o la "evolución activa", del tamaño del cuerpo, en la que el que un mayor tamaño corporal confiere ciertas ventajas de supervivencia y, por lo tanto, más probabilidades de propagarse a través de las generaciones.
El equipo de científicos encontró que la simulación de deriva neutral no podía explicar las tendencias del tamaño corporal observadas en el registro fósil. "El grado de aumento tanto de la media y como el tamaño máximo del cuerpo simplemente no está bien explicado por la deriva neutral --dice Heim--. Parece que en realidad se necesita algún proceso evolutivo activo que promueva tamaños más grandes".
Los investigadores de este trabajo consideran que la gran base de datos que recopilaron serán útiles para el estudio de otras cuestiones relacionadas con el tamaño del cuerpo, como si los organismos que viven cerca del ecuador son, en promedio, más grandes o más pequeños que los que viven en latitudes más altas.
Los hallazgos también podrían llevar a otros expertos a investigar si existe una tendencia en la evolución de otros rasgos. "El descubrimiento de que el tamaño del cuerpo a menudo evoluciona de una manera direccional hace que al menos valga la pena preguntarse si vamos a encontrar direccionalidad en otros rasgos si los medimos cuidadosamente y sistemáticamente", concluye Payne.

CIUDADES Y LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES

ecoticias,com

Que los seres humanos y las ciudades que construimos afectan el ecosistema e incluso conducen a un cierto cambio evolutivo en los rasgos de las especies ya se conoce. Los signos son pequeñas pero sorprendente: las arañas en las ciudades son cada vez más grandes y el salmón en los ríos es cada vez más pequeño; las aves en áreas urbanas cada vez son más domésticas y atrevidas respecto a sus semejantes del campo.



La novedad es que estos cambios evolutivos están sucediendo mucho más rápidamente de lo que se pensaba anteriormente, y tienen impactos potenciales en la función de los ecosistemas a escala contemporánea. No en el futuro distante, sino ahora.
Un nuevo artículo de Marina Alberti, de la Universidad de Washington, publicado en Trends in Ecology & Evolution sugiere que si el cambio evolutivo humano afecta el funcionamiento de los ecosistemas - como la evidencia está mostrando - "puede tener implicaciones importantes para el bienestar ecológico y humano."

Alberti, profesora de diseño urbano y planificación, dijo que hasta hace poco se suponía que el cambio evolutivo llevaría demasiado tiempo como para afectar a los procesos ecológicos tan inmediatamente. "Ahora tenemos evidencia de que hay una rápida evolución. Estos cambios pueden afectar el estado del medio ambiente ahora. Esto es lo que se llama retroalimentación eco-evolutiva".

Las ciudades no afectan simplemente a la biodiversidad al reducir el número y la variedad de especies que viven en hábitats urbanos ", dijo Alberti. Los seres humanos en las ciudades están haciendo que los organismos sufran cambios evolutivos acelerados "que tienen efectos sobre las funciones de los ecosistemas, como la biodiversidad, el ciclo de nutrientes, la dispersión de semillas, la desintoxicación, la producción de alimentos y en última instancia sobre la salud humana y el bienestar."
En el artículo, Alberti revisa sistemáticamente la evidencia de "firmas humanas", o ejemplos documentados de cambios de rasgos de origen humano en peces, aves, mamíferos y plantas, y sus efectos sobre la función de los ecosistemas.
Además de la reducción del tamaño de salmón, cita lombrices de tierra con una mayor tolerancia a los metales, semillas de algunas plantas de dispersión menos eficaz y un tipo de ratón urbano que es un transmisor para las garrapatas que portan la enfermedad de Lyme, que conduce a picos en la exposición humana a la enfermedad.
Los pájaros cantores son cada vez más doméstico y más audaces y también están cambiando sus melodías para asegurar que sus señales acústicas no se pierden en el medio urbano ruidoso. Los mirlos europeos se están volviendo sedentarios y han cambiado su comportamiento migratorio en respuesta a la urbanización
Los seres humanos en ciudades causan estos cambios a través de una variedad de maneras, dijo Alberti. Nuestra urbanización rompe los patrones de vegetación natural, introduce contaminantes tóxicos y nuevas perturbaciones tales como el ruido y la luz y aumenta la temperatura. La presencia humana también cambia la disponibilidad de recursos como los alimentos y el agua, alterando el ciclo de vida de muchas especies.

viernes, 20 de febrero de 2015

UNOS ANCESTROS DEL SER HUMANO MUY PRIMITIVOS YA USABAN SUS MANOS COMO NOSOTROS

noticiasdelaciencia.com

Algunas de las características morfológicas de la mano humana son bastante diferentes de las de otros primates, permitiéndonos coger objetos con precisión y utilizarlos ejerciendo una fuerza considerable sobre ellos. Sin embargo, ¿cómo utilizaban sus manos nuestros primitivos antepasados homínidos? Sorprendentemente, unos científicos han encontrado evidencias, en detalles del uso de herramientas de piedra entre individuos de la especie Australopithecus africanus, de hace entre 2 y 3 millones de años, de que estos homínidos a los que se ha dado en llamar "hombres-mono" utilizaban sus manos de la manera en que lo hacemos los humanos modernos.

En una postura de agarre típica de la mano humana moderna, y al parecer también de las de los primates homínidos del género Australopithecus, una mano sujeta el primer hueso metacarpiano del pulgar de una mano de un Australopithecus africanus. (Foto: © Tracy Kivell / Matthew Skinner)

La habilidad tan humana de la precisión enérgica (por ejemplo, cuando giramos una llave con la que apretar una tuerca), y la capacidad de agarrar un objeto con fuerza suficiente como para que no se nos escape ante la acción de otras fuerzas (como cuando usamos un martillo), están unidas a dos transiciones evolutivas clave en el uso de la mano: una reducción de la actividad de trepar a los árboles, y la entrada en escena de la fabricación y uso de herramientas de piedra. Sin embargo, no está claro cuándo sucedieron estas transiciones locomotoras y de manipulación.
Unos científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, y la Universidad de Kent en el Reino Unido, entre otras instituciones, examinaron mediante técnicas avanzadas de análisis ciertos rasgos óseos de las manos. Tomaron como referencias la mano humana y la del chimpancé. Una diferencia clave entre ambas manos es que la humana tiene una capacidad única para la precisión enérgica entre el pulgar y los dedos. La mano del chimpancé, en cambio, no puede adoptar ciertas posturas que sí son comunes en la mano humana. Este patrón específico humano está presente en especies fósiles humanas no arborícolas y fabricantes de herramientas de piedra, como los neandertales.
El equipo de Matthew Skinner y Tracy Kivell ha comprobado ahora que el Australopithecus africanus, del cual se ha venido creyendo que no se dedicaba habitualmente a fabricar herramientas, tiene características óseas en la mano que concuerdan con la capacidad de oposición enérgica del pulgar y los dedos adoptada normalmente durante el uso de herramientas.
Este hallazgo anatómico confirma la sospecha, planteada por huellas arqueológicas encontradas tiempo atrás, de que los primates homínidos del género Australopithecus usaban herramientas de piedra y sus manos eran capaces de adoptar posturas propias de la mano humana anatómicamente moderna, mucho antes y de manera más habitual que lo asumido hasta ahora por los antropólogos.

LOS VEGETALES RESISTEN MEJOR LAS EXTINCIONES MASIVAS QUE LOS ANIMALES

noticiasdelaciencia.com

Al menos 5 extinciones en masa han cambiado de forma profunda la historia de la vida en la Tierra. Pero un nuevo estudio muestra que las plantas, a las que es fácil ver como más vulnerables por su imposibilidad de moverse y huir ante un peligro, han sido más resistentes a tales catástrofes, soportándolas mejor que los animales.

Daniele Silvestro. (Foto: Universidad de Gotemburgo)

Durante más de 400 millones de años, las plantas han desempeñado papeles esenciales en casi todos los entornos de tierra firme y han cubierto la mayor parte de la superficie terrestre. Durante su larga historia, unos pocos grandes períodos de extinción y muchos otros más pequeños afectaron seriamente a los ecosistemas de la Tierra y a su biodiversidad.
El equipo de Daniele Silvestro, de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, examinó más de 20.000 fósiles de plantas con el objetivo de discernir los efectos de dichas catástrofes globales sobre la diversidad vegetal. Sus descubrimientos muestran que los episodios de extinción masiva tuvieron impactos muy diferentes entre los grupos de plantas. Nunca se produjeron de forma sostenida tasas de diversificación negativas en las plantas (o sea, que la cantidad de especies que desaparecían fuese mayor que la de especies nuevas que se formaban) a lo largo de períodos de tiempo prolongados. Esto indica que, en general, las plantas han sido particularmente eficientes a la hora de sobrevivir y recuperarse durante períodos difíciles.
Los resultados más sorprendentes fueron los correspondientes a la extinción masiva que marcó el final del Periodo Cretácico y el inicio del Terciario, causada por el impacto de un asteroide frente a la costa mexicana, hace unos 66 millones de años. Este suceso tuvo una gran repercusión en la configuración de los hábitats terrestres y llevó a la extinción de los dinosaurios, pero sorprendentemente tuvo un efecto bastante limitado sobre la diversidad vegetal.
Algunos grupos de plantas importantes, como el de las gimnospermas (que incluye a pinos, piceas y abetos), perdieron una gran parte de su diversidad debido a la extinción de muchas de sus especies. Por otro lado, las plantas con flores (angiospermas) no sufrieron una extinción notable de especies, y de hecho poco después del impacto experimentaron un nuevo y rápido incremento de su diversidad. Esta dinámica evolutiva contribuyó a hacer que las plantas con flores dominasen la diversidad global actual por encima de todos los demás grupos de plantas.

jueves, 19 de febrero de 2015

RESOLVIENDO UN MISTERIO EN EL ÁRBOL EVOLUTIVO DE LOS ARCOSAURIOS


noticiasdelaciencia.com

El hallazgo en el sur de Tanzania y el posterior análisis de restos fósiles de una bestia la sitúan como individuo de una antiquísima especie de reptil carnívoro, hasta ahora desconocida, y los nuevos datos recolectados servirán para rellenar un vacío en el árbol genealógico evolutivo de los arcosaurios.


Reconstrucción del Nundasuchus songeaensis. (Imagen: Virginia Tech)

Los arcosaurios son un grupo que incluye a los cocodrilos y aves actuales, a su ancestro común y a todos los descendientes de este, incluyendo a los dinosaurios. Al igual que el espécimen ahora analizado, muchos de los arcosaurios más antiguos conocidos, incluyendo a los parientes evolutivos cercanos más antiguos de los dinosaurios y al que posiblemente sea el dinosaurio más antiguo, se conocen gracias a fósiles encontrados en Tanzania y Zambia correspondientes al periodo Triásico Medio.
La nueva especie, llamada Nundasuchus songeaensis, ha sido descubierta por el equipo de Sterling Nesbitt, del Instituto Politécnico de Virginia (Virginia Tech) con sede en la ciudad estadounidense de Blacksburg. La bestia era un reptil carnívoro de cerca de tres metros de largo (unos 9 pies) con unos dientes parecidos a cuchillos de cortar carne, placas óseas en el lomo, y patas que se encontraban bajo el cuerpo (o sea que no caminaba arrastrando la panza como los cocodrilos actuales sino erguido sobre sus cuatro patas como hace por ejemplo un caballo).
El hallazgo de los restos óseos fosilizados se hizo en 2007, pero llevó varios años colocar juntos en el orden adecuado los pedazos de los huesos, ya que estaban fragmentados en miles de trozos.
Hay una gran laguna en el conocimiento científico de la parte del árbol evolutivo que corresponde a la época en que el antepasado común de los pájaros y de los reptiles del orden Crocodylia estaba vivo. La nueva especie descubierta permitirá hacer encajar algunas de las piezas de este rompecabezas.

LOS NEANDERTALES DIVIDÍAN LAS TAREAS POR SEXOS

agenciasinc.es

Los grupos de neandertales dividían algunos de sus trabajos según el sexo después de cazar. Eso es lo que prueban las diferentes estrías en los dientes femeninos y masculinos de individuos adultos hallados en los yacimientos de El Sidrón (Asturias), L’Hortus (Francia) y Spy (Bélgica). Este rasgo de comportamiento se asociaba hasta ahora solo a los Homo Sapiens.

Recreación de dos individuos neandertales ayudándose de la boca para realizar tareas cotidianas. / CSIC

Los neandertales, una especie humana que desapareció de Europa hace unos 40.000 años y cuya distribución geográfica fue tan amplia que abarcó desde las costas de Portugal hasta el Próximo Oriente y Siberia occidental, eran más parecidos a los Homo Sapiens de lo que los libros de texto explicaban hace tan solo unos pocos años.
Tenían gran robustez estética, con un cuerpo muy musculado, piel clara y el cabello rojizo. Pero también enterraban a sus muertos y cuidaban de sus enfermos. Además, dejaron un legado genético en los humanos actuales.
Una nueva investigación publicada en el Journal of Human Evolution por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela que basaban su modo de vida en la división sexual del trabajo, otra característica que los asemeja a los Homo Sapiens.
“No tenemos evidencias de jerarquías, pero sí constancia de que existe claramente un fenómeno de especialización por sexo. La pregunta que nos estamos haciendo ahora es cuándo aparece este tipo de comportamiento y estructuración social”, ha explicado el investigador del CSIC, Antonio Rosas, en rueda de prensa esta mañana.
En este estudio han analizado un total de 99 dientes incisivos de 19 individuos –11 de ellos del yacimiento de El Sidrón (Asturias), 6 de L’Hortus y 2 de Spy (Bélgica), estos últimos de 66.000 millones de antigüedad–.
“Basándonos en el registro paleontológico, en este caso sobre los dientes, es dónde vimos que aparecen rasgos asociables a este comportamiento que surge de la evolución”, ha añadido Rosas.
Según sus estimaciones, independientemente de la edad, tenían estrías culturales –asociadas a su modo de vida– en las piezas dentales. Los científicos no tienen claro aún qué actividades correspondían a las mujeres y cuáles a los hombres.
“Creemos que la especialización del trabajo según el sexo de los individuos probablemente se limitase a unas pocas tareas, ya que es posible que tanto hombres como mujeres participasen de igual manera en la caza de grandes animales”, ha indicado Almudena Estalrrich, investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

José Antonio Peñas | SINC

Dar explicación al patrón de mordedura diferente

Otras de las variables analizadas son los pequeños desconchones del esmalte dentario. Los individuos masculinos presentan mayor cantidad de mellas en el esmalte y la dentina de las piezas superiores, mientras que en los femeninos estas imperfecciones aparecen en las inferiores.
“El siguiente paso es ir componiendo datos para dar una explicación a ese patrón. Las evidencias ‘brutas’ son que tiene características diferentes arriba y abajo, macho y hembra. Ahora con otros datos podremos ir dibujando a los neandertales”, ha apuntado Rosas.
Los autores del estudio señalan que, al igual que en las sociedades cazadoras recolectoras modernas, las mujeres podrían haberse encargado de la preparación de las pieles y la elaboración de las vestimentas. El retoque de los filos de las herramientas de piedra parece haber sido una tarea masculina.
“Hasta ahora pensábamos que la división sexual del trabajo era típica de las sociedades sapiens, pero eso parece que no es así”, ha concluido el investigador del CSIC.

Referencia bibliográfica:

Almudena Estalrrich, Antonio Rosas. Division of Labor by sex and age in Neandertals: An Approach through the Study of Activity‐related Dental Wear. Journal of Human Evolution. DOI: 10.1016/j.jhevol.2014.07.007 

martes, 17 de febrero de 2015

LOS COCODRILOS TAMBIÉN JUEGAN Y SE DIVIERTEN

noticiasdelaciencia.com

Por su fama siniestra como bestias asesinas, nadie se imaginaría que los cocodrilos puedan a veces estar de tan buen humor como para ponerse a jugar con objetos o incluso con otros animales, a veces de otras especies. Este comportamiento, obviamente, es más frecuente en los individuos jóvenes, pero también se da en los viejos. Así lo ha desvelado una investigación reciente, la primera que documenta con este nivel de profundidad la conducta de juego en estas temibles bestias.

Un cocodrilo jugando con flores. (Foto: Vladimir Dinets)

Vladimir Dinets, profesor de psicología en la Universidad de Tennessee en Knoxville, Estados Unidos, ha estudiado los cocodrilos durante una década. Mientras hacía eso, a veces los descubría comportándose de maneras que delataban que estaban jugando y divirtiéndose. Amplió sus observaciones y revisó casos de avistamientos de este tipo y de la experiencia de las pocas personas que han tenido cocodrilos como animales domésticos.
La investigación muestra que los animales del orden Crocodilia (los crocodilios) ostentan conductas propias de los tres tipos principales de comportamiento de juego que los especialistas distinguen: juego locomotor, juego con objetos y juego social.
El juego con objetos parece que es el más frecuente. Se han observado crocodilios jugando con pelotas de madera, con chorros de agua, con sus presas y con restos flotando en el agua.
Como casos de juego locomotor tenemos a aligátores jóvenes deslizándose repetidamente por pendientes, cocodrilos buscando ser arrastrados por olas como si hicieran surf, y caimanes haciendo algo parecido con las corrientes de agua en charcas, lagos y demás.
Casos observados de juego social incluyen a crías de aligátores subiéndose a lomos de sus amigos más mayores, e incluso en algunos casos jugando con individuos de otras especies. Por ejemplo, Dinets observó a un aligátor joven jugando con una nutria de río. En algunos pocos casos, individuos del orden Crocodilia han mantenido lazos tan estrechos con determinadas personas que han sido compañeros de juegos de estas durante años. Por ejemplo, un hombre que rescató a un cocodrilo al que habían disparado en la cabeza logró ganarse la amistad de este. Jugaron felizmente cada día hasta la muerte del cocodrilo 20 años después. Entre otras muestras de confianza, impensables en un cocodrilo salvaje, figuran la de que ambos nadaban juntos, jugaban a perseguirse, y el animal consentía que el hombre lo volteara en el agua, lo acariciase, abrazara, y hasta besara en el hocico.
La investigación de Dinets ha tenido como punto de partida los trabajos de su colega Gordon Burghardt, profesor en el Departamento de Psicología y en el de Ecología y Biología Evolutiva, cuya labor ha permitido identificar conductas de juego en especies a las que previamente no se creía capaces de jugar, como avispas, peces e invertebrados en general. El trabajo de Dinets aporta pruebas adicionales de que jugar es un rasgo universal de conducta de los animales con un nivel bastante alto de inteligencia, es decir, aquellos con un comportamiento complejo y flexible. Esta información podría ayudar a determinar cómo evoluciona la inteligencia y lo que se necesita para su desarrollo.
“Se sabe que cientos de miles de crocodilios son mantenidos en cautivad en zoos, granjas comerciales y centros de cría preparados para especies en peligro. Proporcionarles juguetes y otras oportunidades de jugar los hará más felices y sanos”, plantea Dinets.
Investigaciones anteriores de Dinets descubrieron que los cocodrilos son capaces de trepar a algunos árboles, trabajar en equipo, y utilizar palos a modo de anzuelos para cazar presas.

viernes, 13 de febrero de 2015

LOS PERROS DISTINGUEN SI ESTÁS CONTENTO O ENFADADO

agenciasinc.com

Llegas a casa después de un largo día de trabajo en el que las cosas no han ido del todo bien y tu perro no viene a saludarte. No te preocupes, es posible que haya percibido tu enfado. Por primera vez, un experimento prueba que los canes diferencian entre las expresiones emocionales de los rostros humanos, en concreto, discriminan entre las caras de alegría y enfado. Ningún otro animal ha demostrado una capacidad como esta.

En el experimento los perros tocaron en la pantalla táctil la parte del rostro con el que obtendrían una recompensa. / Anjuli Barber-Messerli Research Institute

Durante la última década, los científicos han intentado demostrar si los perros tienen emociones y si son capaces de responder a las expresiones emocionales de otras especies. Sin embargo, hasta ahora ningún estudio había sido lo suficientemente convincente para confirmar esta cuestión.
Un nuevo trabajo, publicado esta semana en Current Biology, prueba por primera vez que las mascotas caninas discriminan entre las expresiones de las caras humanas. “Se trata de la primera evidencia sólida de esta habilidad en animales no humanos para distinguir entre emociones faciales de otra especie”, declara a Sinc Ludwig Huber, coautor del trabajo en el Instituto de Investigación Messerli de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Austria).
Ni siquiera chimpancés, orangutanes o gorilas han demostrado ser capaces de diferenciar los sentimientos en los rostros de otras especies. El primatólogo Frans de Waal, que no ha participado en esta investigación, confirma a Sinc que "existen cientos de estudios que muestran que los primates reconocen expresiones faciales, pero de sus propios congéneres". En general, para los animales, "distinguir las emociones de otras especies no es muy interesante, porque ¿qué ganarían con ello?", se pregunta. Sin embargo, los perros son una excepción: "Los alimentamos para que convivan con nosotros, así que no es sorprendente que hayan desarrollado esta habilidad".
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores hicieron un experimento con perros de diferentes razas como retrievers, pastores, border collies, terrier y mongrels. En la fase previa, les mostraron 15 pares de imágenes de una misma persona representadas solo por las mitades de la cara en las que se apreciaban los ojos o la boca en expresiones de enfado y de alegría y “únicamente una emoción fue un estímulo de recompensa”, dicen los autores.

Rostro sonriente, positivo. Rostro enfadado, negativo

Tras los resultados del entrenamiento, once perros fueron seleccionados para el experimento final. En este se probó si eran capaces de transferir su conocimiento sobre la emoción con la que serían recompensados al distinguir las expresiones de enfado y de las de alegría.
En el test, realizado también con pantallas táctiles, sometieron a los canes a cuatro pruebas diferentes: se incluyó la misma mitad de las caras que las de los entrenamientos pero contando con nuevos rostros; otras partes de las mismas caras que se usaron para los entrenamientos; otras partes de la cara, pero en personas distintas, y las mitad izquierda de los rostros de los entrenamientos.
Los resultados definitivos demuestran que los perros no solo pueden aprender a identificar las expresiones faciales, sino que también son capaces de trasladar lo que han aprendido en los entrenamientos a nuevas situaciones y caras, “incluso sin haber visto ese rostro nunca antes”, declaran los investigadores, que añaden que los perros saben que esas dos expresiones tienen diferentes significados; es decir, que asocian un rostro sonriente a un significado positivo y un rostro enfadado a uno negativo.
De hecho, en el caso de las expresiones de enfado, los perros alcanzaron el criterio de aprendizaje a un ritmo más lento que los que fueron recompensados por tocar las caras alegres. “Parece que responden a una cara enfadada como responderían a un estímulo intimidatorio, lo que indica que asocian los significados con ambas expresiones”, observa Huber, quien añade que en el entrenamiento estas mascotas tuvieron que vencer la tendencia natural de alejarse de ese estímulo negativo.
“Solo pudieron resolver la tarea memorizando cómo es un rostro alegre o enfadado, por ejemplo, asociando una sonrisa o una boca alegre con ojos alegres. Resolvieron esa tarea basándose en una expresión emocional”, apunta Huber.

¿Habilidad compartida con otros animales?

Sin embargo, “no sabemos en detalle cómo los perros son capaces de discriminar entre una expresión y otra. Solo sabemos que son capaces. No hemos probado los procesos de su cerebro, como se haría en humanos con un escáner”, afirman los científicos.
Según el equipo de investigación, “lo más probable es que los perros memoricen cómo es la expresión emocional de un humano como un todo y así son capaces de recordar esta información en frente de la pantalla táctil”. Los canes parecen también utilizar algún tipo de conocimiento de su experiencia diaria al estar con humanos y “esta experiencia es almacenada en forma de memoria o por asociación entre las diferentes partes de la cara”.
Tras este estudio, los científicos podrían probar si los perros comparten esta habilidad con los lobos. Intentarían responder a una cuestión importante: si esta habilidad está basada en una predisposición genética, en la domesticación o únicamente en la experiencia individual.
“Parece muy probable que otros animales también tengan esta habilidad”, aseguran. En opinión de los investigadores, el animal que convive en estrecha relación con otra especie que muestra claras expresiones emocionales debería ser capaz de descifrarlas con algo de experiencia. “Esperaría esta habilidad también en la mayoría de las especies domésticas o animales que conviven con humanos, como por ejemplo, monos en cautividad o animales de zoo”, asevera Huber.
Además, para los investigadores sería interesante comprobar si los perros comparten nuestros sentimientos, si muestran empatía, y si esa es una de sus razones por las que tienen una relación tan estrecha con las personas. “Si sabemos que los animales son capaces de leer, comprender y reaccionar a nuestras emociones, esta investigación tendrá un gran impacto en el conocimiento sobre las interacciones entre humanos y animales y en el bienestar animal”, concluyen.

Referencia bibliográfica:

Müller et al.: "Dogs can discriminate emotional expressions of human faces" Current Biology 25:1-5 12 de febrero de 2015 http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2014.12.055

EL VERDECILLO Y LA CURRUCA CABECINEGRA, DOS PÁJAROS NEOURBANITAS

agenciasinc.es

Dos especies de aves que están en declive en sus hábitats óptimos en la naturaleza, el verdecillo y la curruca cabecinegra, pueden encontrar en zonas urbanas un ambiente alternativo para vivir. Esta es la conclusión de un estudio del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona donde se ha analizado la capacidad adaptativa de estas dos aves mediterráneas en hábitats urbanos.

Curruca cabecinegra. / Pau Cuevas.

El verdecillo es un pequeño pájaro granívoro usual en los parques y en ambientes agrarios. Por su parte, la curruca cabecinegra es una especie insectívora que elige ambientes más arbustivos. Ambos son todavía bastante comunes, pero su presencia ha ido disminuyendo en los últimos años, afectados por el abandono de campos de cultivo, cambios en los sistemas de producción agrícola y la urbanización de muchos espacios. En cambio, la evolución de las poblaciones de estas aves en áreas urbanas han aumentado o se mantienen estables en los últimos años.
Investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, conjuntamente con el Instituto Catalán de Ornitología y la Universidad de Barcelona han utilizado datos del proyecto Seguimiento de Aves Comunes de Cataluña para conocer la evolución de estas especies en ambientes urbanos y periurbanos –zonas rurales afectadas por el impacto urbano debido a su proximidad a ciudades–. 
El estudio demuestra que el verdecillo tiene una tendencia decreciente en zonas periurbanas, sobre todo en invierno, y se mantiene estable en las urbanas. En cambio, para el curruca cabecinegra la tendencia es de estabilidad en zonas periurbanas y decreciente en las zonas urbanas en invierno. Pero en la primavera presenta una tendencia claramente creciente.
La conclusión es que la ciudad no les va mal: una de las especies crece en primavera y la otra al menos se mantiene estable.
La segunda parte del trabajo consistió en averiguar qué necesidades tienen las dos especies para poder vivir en la ciudad. En 80 puntos de la ciudad de Barcelona se anotó la presencia de individuos de cada especie y las características del entorno: vegetación , presión humana y estructuras artificiales.
Los resultados indican que ambos pájaros prefieren lugares con pocas estructuras artificiales y poca presencia humana. Pero parece que las superficies duras de asfalto y cemento les molestan mucho más que la frecuentación de gente.
En cuanto a su alimento, al verdecillo no le gustan los parques con césped, tal vez porque el mantenimiento de los jardines y los pesticidas los dejan sin semillas. Y a la curruca cabecinegra le gustan los jardines con arbustos exóticos , posiblemente porque producen muchos frutos comestibles.
 En resumen, dos especies mediterráneas que van disminuyendo en nuestro territorio pueden encontrar en las ciudades hábitats que les sean favorables , sobre todo en época de cría, y así mantener o aumentar las poblaciones. Pero esto requiere manejar algunos espacios de las ciudades para que tengan las características que gustan al verdecillo y el curruca cabecinegra. Esto sería muy positivo para dos especies de campo que, si es necesario, también saben adaptarse a la vida urbana.

Referencia bibliográfica:  

Izquierdo, J., Quesada, J., Herrando, S., Anton, M. & Ferrer, X.,  2014. Dos especies mediterráneas en la gran ciudad: el reto del verdecillo y la curruca cabecinegra. Póster, XXII Congreso Español de Ornitología,  SEO BirdLife, Madrid. 

EL ABEJORRO EUROPEO MEJORA SUS TÉCNICAS DE VUELO PARA INVADIR LA PATAGONIA

agenciasinc.es

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han analizado las diferencias en la morfología relacionada con la habilidad de vuelo entre el abejorro europeo (Bombus terrestris) y el abejorro autóctono (Bombus dahlbomii), para ayudar a explicar la rápida expansión en la Patagonia del primero en detrimento del segundo. La introducción de nuevas especies es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la biodiversidad.

Al la izquierda, el abejorro europeo, Bombus terrestres. A la derecha, el abejorro de la Patagonia, Bombus dahlbomii. / José Luis Nieves Aldrey

El abejorro europeo (Bombus terrestris) se ha expandido rápidamente en Chile provocando la reducción de la presencia del abejorro patagónico (Bombus dahlbomii). "Es un ejemplo más de cómo una especie puede expandirse al llegar a un ecosistema donde antes no estaba”, contextualiza Carlo Polidori, investigador del MNCN.
“La nueva especie está provocando el declive del abejorro local y, aunque es capaz de polinizar tanto las plantas foráneas como las locales, puede provocar cambios impredecibles en el ecosistema patagónico como la introducción de patógenos nuevos”, continúa el investigador. 
Además de la falta de depredadores, las especies invasoras cuentan a veces con otros beneficios frente a las especies autóctonas. Tener un fenotipo favorable, es decir, contar con ventajas estructurales y comportamentales, como un vuelo más eficaz o facilidad para obtener alimento y, por lo tanto, mayor capacidad de dispersión en el nuevo hábitat, pueden ser algunas de estas ventajas añadidas.
Para averiguar dónde reside el éxito de la expansión de la especie alóctona frente a los abejorros patagónicos, los investigadores del MNCN estudiaron las morfologías relacionadas con el desempeño del vuelo en las reinas de las dos especies durante el periodo crítico de fundación de las colonias.
Para este estudio, publicado en Comptes Redus Biologies, se han analizado variables como la relación entre la masa muscular y la corporal, el tamaño y la forma de las alas o una estimación de la potencia requerida para mantener el equilibrio en vuelo.

Abejorros físicamente mejor preparados

Los datos obtenidos en el fiordo chileno de la Patagonia, donde se llevó a cabo el estudio, apuntan a que las reinas de la especie alóctona podrían tener un vuelo más eficaz y por lo tanto ventajas frente a la especie autóctona, porque poseen una morfología que incluye mayor masa muscular y alas más grandes, sobre todo en los individuos más pequeños: la mayor parte de las reinas de la especie invasora.
“Estos datos ayudan a explicar la rápida y amplia propagación que se ha observado en los últimos años en la especie europea de abejorro en la Patagonia”, explica Polidori. “Sin embargo, aunque estudios empíricos previos en insectos voladores han demostrado la asociación entre esta morfología y una mayor maniobrabilidad y velocidad en el vuelo, es necesario continuar estudiando las capacidades desde el punto de vista fisiológico de ambas especies para confirmar esta hipótesis”, concluye.

Referencia bibliográfica:

Polidori, C. y Nieves-Aldrey, J.L. (2015)" Comparative flight morphology in queens of invasive and native Patagonian bumblebees (Hymenoptera: Bombus)" Comptes Rendus Biologies, 338: 126-133. DOI: 10.1016/j.crvi.2014.11.001

martes, 10 de febrero de 2015

EL ESTRÉS POR FALTA DE ALIMENTO PUEDE HABER LLEVADO AL DECLIVE DE LAS ABEJAS

ecoticias.com

La presión sobre las abejas jóvenes para crecer deprisa y salir a buscar comida podría explicar el descenso apreciado en las poblaciones de abejas de todo el mundo. Así lo revela una nueva investigación publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.



El problema de colapso de colonias (CCD, por sus siglas en inglés) es una gran amenaza para las colonias de abejas en todo el mundo y afecta a su capacidad para llevar a cabo la polinización de cultivos vitales para la alimentación humana.
Ha sido un motivo de preocupación urgente para los científicos y los agricultores de todo el mundo, por lo menos desde hace una década, pero todavía no se ha identificado de manera concluyente una causa específica para el fenómeno.
Las abejas suelen comenzar la búsqueda de comida cuando tienen entre dos y tres semanas de edad, pero cuando las colonias de abejas se ven agobiadas por la enfermedad, la falta de alimentos u otros factores que matan a las abejas de más edad, las abejas más jóvenes comienzan a buscar alimento a una edad más joven.
Investigadores colocaron rastreadores de radio a miles de abejas y realizaron un seguimiento de sus movimientos a lo largo de sus vidas. De esta forma, encontraron que las abejas que comenzaron a buscar alimento más temprano en su vida realizaron menos vuelos para alimentarse que otras y tenían más probabilidades de morir durante sus primeros vuelos.
Científicos de la (QMUL, por sus siglas en inglés), en Reino Unido; la Universidad Macquarie en Sydney y la Universidad de Sydney, Australia, y la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, emplearon esta información para modelar el impacto en las colonias de abejas de miel.
Así, vieron que cualquier estrés que conduzca a la muerte crónica durante el forrajeo de las abejas normalmente mayores llevó a una búsqueda de alimento cada vez más joven. Esta población más jóven que se dedica a la búsqueda de alimento llevó a un peor rendimiento y muertes más rápidas de las abejas que recogen el forraje, acelerando dramáticamente el declive de la colonia al igual que las observaciones del CCD vistas en todo el mundo.
"Las abejas jóvenes que salen de la colmena en un momento temprano de su vida es probable que tengan un comportamiento de adaptación a una reducción del número de abejas mayores. Pero si el aumento de la tasa de mortalidad continúa durante demasiado tiempo o la colmena no es lo suficientemente grande como para resistir en el corto plazo, esta respuesta natural podría alterar el equilibrio social de la colonia y tener consecuencias catastróficas", argumenta Clint Perry, de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas de QMUL.
"Nuestros resultados sugieren que el seguimiento del momento en el que las abejas comienzan a alimentarse puede ser un buen indicador de la salud general de una colmena. Nuestro trabajo arroja luz sobre las razones detrás del colapso de colonias y podría ayudar en la búsqueda de formas de prevenir el colapso de colonias", concluye.

DESCUBREN CÓMO FUNCIONA EL INTERRUPTOR DEL CRECIMIENTO DE LAS PLANTAS

ecoticias.com

Investigadores del Centro Riken de Investigación de los Recursos Sostenibles (CSRS), en Japón, revela cómo funciona un interruptor esencial para el crecimiento de las plantas. Se trata de los brasinoesteroides, una clase de hormonas esteroides de la planta, juegan un papel importante en impulsar el crecimiento de las plantas, así como una serie de procesos de desarrollo, incluyendo el alargamiento y la división celular, el desarrollo del xilema, que se utiliza para el transporte de agua y nutrientes, y la adaptación a la luz en diferentes condiciones.


Sin embargo, como los brasinoesteroides son muy caros de producir, no pueden emplearse directamente para la producción de la agricultura y la biomasa vegetal. Aunque se entiende la importancia de los brasinoesteroides, no están muy claros los mecanismos precisos por los que ejercen sus funciones en las plantas, por lo que Takeshi Nakano, del CSRS, dirigió el estudio para identificar los genes de señalización de los brasinoesteroides.
Una vez detectados, los investigadores usaron la ingeniería vegetal para modificar genéticamente las plantas con el fin de aumentar su crecimiento mediante la regulación de estos mecanismos, lo que lleva finalmente a una mayor productividad de la agricultura, así como la producción de biomasa. Esto podría proporcionar maneras para reducir CO2 mediante su fijación en los materiales del cuerpo de la planta.
Con las herramientas de la biología química, un campo que implica la aplicación de técnicas químicas para el estudio del sistema biológico. el uso de plantas mutantes y Brz, un inhibidor de la biosíntesis de los brasinoesteroides, el equipo se centró en el mecanismo de BIL1, un interruptor principal que regula unos 3.000 genes, que suponen el 10 por ciento de los 30.000 genes de la planta modelo 'Arabidopsis'.
A través de la biología química, estos expertos descubrieron una proteína llamada BSS1, que interactúa con BIL1 para regular negativamente la señalización brasinoesteroide. BIL1 era conocida por llegar al núcleo de la célula gracias a la la estimulación brasinoesteroide, pero el mecanismo molecular no se entendía.
Mientras examinaban el movimiento de BSS1 en las células carebtes de brasinoesteroides, los científicos se sorprendieron al descubrir que la creación de un complejo de grandes proteínas suprimió la elongación del tallo de la planta. Así, fueron capaces de determinar el mecanismo detallado a través del cual BIL1 es capturado por la formación de este complejo de proteínas con BSS1, y descubrieron, inesperadamente, que la ruptura de este complejo por los brasinoesteroides parece permitir que BIL1 se mueva hacia el núcleo.
Así pues, parece que la interacción entre BSS1 y los brasinoesteroides conduce a la formación del complejo, lo que genera un acortamiento de la altura de la planta, mientras que, por el contrario, la ruptura del complejo lleva al alargamiento del tallo y una mayor altura de la planta.
"Basándonos en estos hallazgos, esperamos ser capaces de desarrollar tecnologías que nos permitan controlar libremente la altura de la planta de la biomasa vegteal y los cultivos útiles, así como contribuir a la reducción del CO2 en la atmósfera", concluye Nakano.

domingo, 8 de febrero de 2015

AVISPAS QUE ATACAN A OTRAS DEPENDIENDO DE SI SU ROSTRO LES RESULTA FAMILIAR

noticiasdelaciencia.com

En una situación no muy distinta de la imperante en cualquier grupo humano en el que solo se admita a la gente conocida y se rechace a la desconocida, una especie de avispas tropicales puede memorizar los rostros de los miembros de su colonia y atacarán a cualquier individuo que no conozcan.

Las caras de tres avispas diferentes. Aunque obviamente los humanos estamos más acostumbrados a identificar rostros humanos, observando con atención las caras de estas tres avispas sí es posible detectar diferencias en sus rasgos faciales. (Fotos: QMUL)

En efecto, unos científicos de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL) en el Reino Unido, y la de Florencia en Italia, han descubierto que el individuo típico de cierta especie de avispas tropicales puede memorizar los rostros de los miembros de su colonia, de tal modo que al mirar a la cara a estos les reconoce y reacciona pacíficamente a su presencia, mientras que cuando los rostros de los individuos le resultan desconocidos asume que está ante intrusos y les ataca.
Estas avispas pueden también reconocer el olor de sus compañeros de avispero, pero dicho olor tiende a parecerse demasiado al de los miembros de otros avisperos cercanos, por lo que estos insectos prestan más atención a los rasgos faciales, por lo visto tan exclusivos de cada individuo como en el caso del Ser Humano, al considerar si una avispa es amiga o enemiga.
La especie estudiada por el equipo de David Baracchi, de la Universidad Queen Mary de Londres, se llama Liostenogaster flavolineata. Las observaciones se hicieron en su hábitat natural, en unos bosques tropicales remotos del sudeste de Asia.
Cada avispero contiene una familia de individuos emparentados, y cientos de avisperos pueden formar grupos para constituir una especie de ciudad. La proximidad cercana de muchas otras familias implica que cada colonia afronta intentos persistentes de entradas de intrusos desde el vecindario, cuyo objetivo puede ser robar recursos ajenos.

INVESTIGANDO UNA RARA PIEDRA QUE CONTIENE 30.000 DIAMANTES

noticiasdelaciencia.com

Los diamantes son hermosos y enigmáticos. Las reacciones químicas exactas que crean las altamente codiciadas piedras brillantes siguen siendo un misterio. Una extraña piedra cubierta de diamantes minúsculos representa otro enigma que se suma a la lista de misterios de los diamantes, pero si se aclara su origen quizás se encuentren pistas que ayuden a esclarecer algunos de ellos.

Esta es la extraña piedra. (Foto: Larry Taylor)

La rara piedra fue hallada en una mina de diamantes del norte de Siberia, en Rusia. La compañía al cargo de la mina, la firma rusa ALROSA, prestó la piedra a un equipo integrado por el profesor Larry Taylor, de la Universidad de Tennessee en Knoxville, Estados Unidos, y diversos científicos de la Academia Rusa de las Ciencias, para que pudieran estudiar este fascinante objeto natural e intentar desentrañar su origen.
El pedazo de roca del tamaño de una pelota de golf contiene más de 30.000 diamantes, cada uno con menos de un milímetro de diámetro (lo que hace que no tengan ningún valor económico en el mercado de las piedras preciosas), junto con motas de granate (mineral) rojo y verde, y otros minerales.
Los científicos creen que los diamantes se forman a unos 160 kilómetros (100 millas) de profundidad, en el manto terrestre, y que son llevados a la superficie por erupciones volcánicas especiales. Sin embargo, la mayoría de las rocas del manto se desmenuzan durante su viaje. La piedra siberiana es una entre unos cuantos centenares de piedras halladas en las que los diamantes están aún en la forma original que tenían en el interior de la Tierra.
“Es asombroso que esta piedra tenga más de 30.000 diamantes octaédricos perfectos, todos con un tamaño de 10 a 700 micrones y ninguno mayor”, destaca Taylor. “Los diamantes nunca se nuclean tan homogéneamente como en ella”.
Taylor y sus colegas examinaron la piedra y utilizaron una máquina especial de rayos-X para estudiar los diamantes y sus relaciones con los materiales asociados. También lanzaron rayos de electrones sobre los materiales de dentro de los diamantes para estudiar las sustancias atrapadas en su interior.
Los análisis de nitrógeno indican que los diamantes se formaron a temperaturas más altas de lo normal a lo largo de períodos más largos de lo normal. Las imágenes también mostraron isótopos de carbono anormales para este tipo de roca, lo que indica que formó parte originalmente de la corteza de la Tierra, luego se retiró de ahí como consecuencia de movimientos tectónicos y por último se transformó en la extraña y resplandeciente piedra que es hoy en día.

viernes, 6 de febrero de 2015

¿UN LENGUAJE CODIFICADO EN LOS TRINOS DE PÁJAROS?

noticiasdelaciencia.com

Al igual que en un idioma humano el orden de los elementos en una frase puede cambiar su significado, el orden de los elementos acústicos en una secuencia de trinos de gorrión puede cambiar de maneras predecibles las reacciones que dicha secuencia suscite en los gorriones que la escuchen. Esta es la fascinante conclusión a la que se ha llegado en una investigación reciente.

Este gorrión macho reacciona con un aleteo agresivo al escuchar los trinos de otro gorrión macho emitidos desde el terreno que el primero considera su territorio. (Foto: Robert Lachlan)

El lenguaje humano utiliza un grupo complejo de habilidades cognitivas, algunas de las cuales cada vez está más claro que las poseen también los pájaros cantores.
Para los oídos humanos, el trinar de aves como la que han investigado Stephen Nowicki y Robert Lachlan, de la Universidad Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, es una sucesión repetitiva y monótona de ruidos, que difícilmente podríamos imaginar como un lenguaje. Sin embargo, tal como han comprobado los autores del nuevo estudio, los gorriones de la especie investigada son capaces de procesar las notas que forman sus trinos “simples” de maneras más sofisticadas que lo que se había supuesto previamente, una habilidad que podría incluso ayudar a los investigadores a entender mejor los bloques de construcción que posibilitan el lenguaje en el Ser Humano.
A partir de nuestro alfabeto y de sus sonidos asociados en cada idioma, un conjunto de “ruidos” que a oídos de otros animales seguramente debe sonar tan monótono y repetitivo como a nosotros los trinos de aves, somos capaces de crear una cantidad colosal de palabras, darle a cada una uno o varios significados, y transmitir información adicional combinando en la sucesión correcta las diversas palabras que escogemos. Al respecto de esto último, el contexto puede por tanto cambiar el significado de una palabra.
Lachlan and Nowicki se propusieron averiguar si en la sucesión de elementos sonoros que los gorriones usan para articular sus trinos, el citado contexto es también importante como en el caso del lenguaje humano.
A tal fin, registraron y analizaron los trinos de 206 machos de gorrión de la especie Melospiza georgiana, cerca del lago Pymatuning en Pensilvania.
El análisis estadístico reveló que las sílabas cortas y repetidas que dan forma a cada trino consisten en subgrupos de aproximadamente 10 tipos de notas.
En dos experimentos, los investigadores compararon las respuestas territoriales (de defensa de su territorio) de los machos a los trinos en los que la primera o la última nota de cada sílaba era sustituida con una nota de un tipo diferente, ya fuera corta, intermedia o larga.
Resultó que el modo en que percibían los pájaros una nota en concreto dependía de dónde estaba colocada esta en un fragmento de trino.
Los pájaros reaccionaban a los trinos modificados con una actitud agresiva de defensa territorial cuando la sustitución de la nota ocurría en una posición en el fragmento, pero de forma mucho más suave (o sin reaccionar) cuando la misma nota era sustituida en otra posición, lo que indica que los pájaros pueden asignar el mismo sonido a diferentes categorías de notas dependiendo del contexto en el que aparezca.

UN ANIMAL CON CAPACIDAD DE FOTOSÍNTESIS COMO LOS VEGETALES

noticiasdelaciencia.com

Se ha corroborado que una babosa marina ha asimilado con éxito genes de las algas que come, y que estos le permiten fotosintetizar como una planta. En la misma investigación, se ha clarificado cómo este animal consigue vivir durante meses seguidos “alimentándose” de luz solar, como un vegetal o una bacteria fotosintética.

El vívido color verde de la babosa marina fotosintética Elysia chlorotica le otorga una curiosa apariencia vegetal. (Foto: Patrick Krug)

El equipo de Sidney K. Pierce, profesor emérito de la Universidad del Sur de Florida y de la de Maryland en College Park, ambas instituciones en Estados Unidos, ha presentado la primera evidencia directa de que los cromosomas de la babosa marina tienen algunos genes que proceden de las algas que come.
Estos genes ayudan a sostener procesos fotosintéticos dentro de la babosa y permiten al animal aprovechar la luz solar para nutrirse. Así que ante cualquier situación que le prive de su fuente convencional de comida, el animal tiene una forma de evitar morir de hambre hasta que encuentra más algas para comer.
El equipo de investigación utilizó una técnica avanzada de obtención de imágenes para confirmar que un gen importante del alga Vaucheria litorea se halla presente en el cromosoma de la babosa Elysia chlorotica. Este gen hace posible la producción de una enzima que es esencial para el funcionamiento de las “máquinas” fotosintéticas que son los cloroplastos, presentes habitualmente en plantas y algas.
Se ha sabido desde los años 70 que la E. chlorotica “roba” cloroplastos de la V. litorea, acomodándolos en sus propias células digestivas. Una vez dentro de las células de la babosa, los cloroplastos continúan fotosintetizando hasta pasados nueve meses, mucho más tiempo de lo que conseguirían en las algas. El proceso de fotosíntesis produce carbohidratos y lípidos, que alimentan a la babosa.
Cómo consigue la babosa mantener estos orgánulos fotosintéticos durante tanto tiempo había sido tema de estudio profundo y a suscitado no pocas controversias. La nueva investigación confirma que uno de los varios genes de las algas que se necesitan para reparar daños en los cloroplastos, y mantenerlos funcionando, está presente en el cromosoma de la babosa. El gen se incorpora en este último y se transmite a la nueva generación de babosas. Si bien la próxima generación debe adoptar nuevos cloroplastos de las algas, los genes para mantenerlos ya están presentes en el genoma de la nueva babosa.
La lógica tradicional nos diría que es imposible que genes de un alga funcionen dentro de una célula animal. Sin embargo, aquí tenemos un ejemplo de que sí es posible, tal como subraya Pierce.

LOS NEANDERTALES DESAPARECIERON ANTES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA QUE DEL RESTO DE EUROPA

agenciasinc.es

Diversos artículos científicos, publicados entre otros en Nature, databan hasta hace unos meses la desaparición de los neandertales (Homo neanderthalensis) en Europa en torno a 40.000 años. Sin embargo, un nuevo estudio demuestra que estos homínidos pudieron desaparecer antes de esa fecha en la península ibérica, en cronologías cercanas a los 45.000 años.

Reconstrucción de neandertal realizada por el paleoartista Fabio Fogliazza, del Laboratorio de Paleontología del Museo de Historia Natural de Milán, que se basó en indicios del uso de plumas por parte de esta especie. / Museo de la Evolución Humana (Burgos). Junta de Castilla y León

Un artículo científico publicado en Nature en agosto de 2014 revelaba que los neandertales europeos pudieron desaparecer hace entre 41.000 y 39.000 años, según lo demostraban los restos fósiles hallados en yacimientos situados desde el Mar Negro en Rusia hasta la costa atlántica de España.
Pero en la península ibérica los neandertales pudieron desaparecer hace unos 45.000 años. Así lo revelan ahora los datos proporcionados por el yacimiento de El Salt en la Comunidad Valenciana.
“Ambas conclusiones son complementarias y no contradictorias”, afirma a Sinc Bertila Galván, autora principal del estudio, publicado en Journal of Human Evolution, e investigadora de la UDI de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de La Laguna (ULL).
Hasta ahora, no existía ninguna datación directa en España sobre restos humanos neandertales que arrojara fechas recientes. “Las escasas existentes proporcionan dataciones previas a los 43.000 y 45.000 años en todos los casos”, destaca Galván, quien apunta que abundan más las dataciones de contextos. “Aquellos que ofrecen fechas recientes se caracterizan por ser dudosos, o por tener materiales líticos muy exiguos y poco diagnósticos”, observa.
El estudio de Nature plantea la fecha de 40.000 años como el momento a partir del cual “casi no hay evidencias de estos grupos humanos en el ámbito eurasiático”, pero también reconoce que el proceso de desaparición “es complejo y se manifiesta de una manera regionalizada con singularidades en los distintos territorios”, añade Galván, que también colaboró en aquella investigación.
En este contexto, el nuevo trabajo pone en tela de juicio la perduración de los neandertales en la península ibérica más allá de los 43.000 años. Para ello, el equipo de científicos proporcionó datos que se refieren particularmente a las últimas ocupaciones en El Salt, “un contexto arqueológico muy seguro” en cuanto a la fiabilidad de los restos, dice la científica.
La nueva cronología de la desaparición de los neandertales –que también recoge información “sólida y contrastada” de otros yacimientos de este territorio– permite hacer una lectura de tipo regional, limitada a la península ibérica; y coincide con los restos hallados en otros yacimientos españoles. “Estas nuevas fechas indican una posible desaparición de las poblaciones regionales de población neandertal hace unos 45.000 años”, indica el equipo de investigación en el trabajo.

El final gradual de los neandertales ibéricos

El amplio registro de objetos líticos y de restos de fauna (cabras, caballos y ciervos principalmente), así como la amplia secuencia estratigráfica de El Salt, han permitido datar la desaparición de los neandertales en un yacimiento que abarca sus últimos 30.000 años de existencia.
A esta nueva datación se une el hallazgo de seis dientes que pertenecieron probablemente a un adulto joven de Homo neanderthalensis y que “pudieron representar a un individuo de uno de los últimos grupos de neandertales que ocuparon el yacimiento y posiblemente la región”, dicen los científicos.
Los análisis con técnicas de alta resolución, que combinaron datos paleoambientales y arqueológicos, apuntan a “un progresivo debilitamiento de la población, es decir no hacia un final abrupto, sino gradual, que debió prolongarse a lo largo de varios milenios, durante los cuales los grupos humanos fueron cada vez menos numerosos”, indica a Sinc Cristo Hernández, otro de los autores del trabajo e investigador en la ULL.
Esta desaparición progresiva coincidió con un cambio climático que provocó unas condiciones ambientales más frías y áridas, “lo que debió repercutir en la vida de los estas poblaciones finales”, añade Hernández. Los humanos anatómicamente modernos no desempeñaron ningún papel en esta desaparición, sino que lo hizo “un importante deterioro climático, ya que la presencia de aquellos en estas tierras fue más tardía”, revela el investigador.
La nueva datación apunta a un despoblamiento de este territorio entre los últimos neandertales y los primeros humanos anatómicamente modernos. Este hecho se ha manifestado arqueológicamente en un hiato sedimentario que no solo se ha hallado en El Salt, “sino también en otros yacimientos de la península ibérica”, concluyen los investigadores.

Referencia bibliográfica:

B. Galván et al. “New evidence of early Neanderthal disappearance in the Iberian Peninsula” Journal of Human Evolution 75:16-27 DOI: 10.1016/j.jhevol.2014.06.002 octubre de 2014

martes, 3 de febrero de 2015

LAS MICROALGAS DE LAS QUE SURGIERON LAS PLANTAS ‘VIVITAS Y COLEANDO’

ecoticias.com

Hace 3.000 millones de años ocurrió algo sin precedentes en la Tierra: la aparición del oxígeno en la atmósfera. Desde entonces, este elemento es producido por un grupo de microalgas, las cianobacterias que, 1.500 millones de años después, dieron lugar a las algas y a las plantas.



Existe la teoría científica, ampliamente aceptada, de que el origen de las plantas ocurrió cuando una cianobacteria fue devorada por un organismo que se alimentaba de materia orgánica y, en lugar de digerirla, estableció con ella una simbiosis que le permitió vivir de la energía del sol.
“La corriente de opinión actual sostiene que aquella cianobacteria pertenecía a un grupo extinto de características desconocidas pero acabamos de descubrir que no es así”, asegura María Luz Diago, profesora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y coautora de la investigación.
La cianobacteria de la que surgieron las plantas pertenece a un grupo que existe en la actualidad, tal y como recoge la revistaNature Communications. “Esta microalga presenta morfología filamentosa y tiene capacidad de utilizar el nitrógeno del aire”, explica Diago.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los genes del núcleo estable de las cianobacterias y buscaron cuáles de ellos se encontraban transferidos a los cloroplastos, presentes en las células eucarióticas de las plantas y responsables de la fotosíntesis.
Los genes de cianobacterias y cloroplastos con una historia evolutiva común fueron enlazados para realizar una reconstrucción filogenética de alta resolución. Esta reconstrucción evolutiva fue posible gracias a análisis bioinformáticos, que incluyeron el uso de potentes supercomputadores.
“Tras este estudio podemos afirmar que el ancestro de los cloroplastos no pertenece a un linaje extinto, sino que se situaría en las cianobacterias filamentosas capaces de utilizar nitrógeno atmosférico, presentes hace 1.500 millones de años y todavía existentes a día de hoy”, resume la investigadora.

De los ancestros a la vida artificial

Aclarar cuál es el origen de los cloroplastos y, por extensión, de las plantas, supone un paso importante para la biología, a la vez que abre nuevas vías de investigación. “Con este trabajo hemos identificado un grupo de microalgas que podrían ser empleadas para el desarrollo de los denominados endosimbiontes artificiales, una herramienta biotecnológica novedosa para dotar a los seres vivos de nuevas propiedades”, avanza Diago.
En el estudio también han participado INTAEX-CICYTEX, IE University y el Instituto de Biología del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia.